Recorrió grandes ciudades del mundo, pero decidió que en París era donde estaban los mejores grafitis.
Su pasión era esa: retratar las huellas que él fue de los primeros en considerar artísticas. La noche, las calles, la ciudad, eran su vida; y de ahí nació su profesión y vocación: la fotografía.
Él mismo afirmaba que ese era el modo en que podía capturar parte de la noche parisina y su hermosura.
"La noche sugiere, no enseña. La noche nos encuentra y nos sorprende por su extrañeza; ella libera en nosotros la fuerzas que, durante el día, son dominadas por la razón..."
Curiosidad: Brasaï, el nombre con el que pasó a la historia, significa "de Brasó", que es el lugar donde nació.
Las fotografías de este autor son de mis preferidas. Me encanta la manera en que transmite emociones y sensaciones. S i ya de por sí retratar la noche para mí significa algo muy romántico y sensible, él logra crear el equilibrio perfecto entre cursi e interesante. ¡Me fascinan!
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